mayo 14, 2012

Tienes 40 minutos de estar dormido. Esta es la primera vez que te visito durante la noche, tuve ganas de verte así que hice un viaje hasta aquí para acompañarte.

Erase una vez un sueño lejano donde quién relata este cuento no existió nunca jamás.

Una chica y sapocaradura estaban sentados frente a la carretera.
El sapo gris y feo sudaba montones tanto que su sudor caía en forma de gotas sobre los ojos de ella.
-Sapo ¿acaso no ves que tu sudor no me deja ver? aléjate un poco, déjame aprender a distinguir las figuras que están en el horizonte.
- te amo con todo mi ser.
-Sapo, tu sudor me cae en los ojos, tu cuerpo enorme no me deja distinguir lo que está del otro lado de la carretera. Aléjate para ver.
- ¿Ya te dije que te amo? Te amo.

Así pasaban las horas, uno hacía su petición y el otro declaraba su amor.
Cada día se podían ver a este par, sentados frente a la carretera.
El sapo no escuchaba nunca, nunca.

Un mal día ella invitó a caminar por la orillita de la carretera cada vez más cerca de los coches... de pronto lo empujo por la espalda haciéndolo caer justo en llanta de un auto. 
La sangre de su cabeza caía entre los ojos cegándole la visión. Comprendió lo que ella siempre le pedía: alejarse un poco, alejarse para poder ver el horizonte.


Dentro del sueño existió otro sueño en el cual el sapo, la chica y tú eran la misma persona.
La misma persona matando al sapo, empujándolo hacia la llanta, observando cómo explotaba con un poco de presión. La chica alejándose de vez en vez, que grita sin voz, que culpa al mundo de su ceguera empuja y cree librarse de lo que le preocupa.
Sapo que tontamente siempre cree entender todo, lo hace en su último  momento de vida, cuando la sangre que le queda en el cuerpo no es la suficiente para vivir. Tanto amor lo dejó embarrado justo debajo de ésa llanta, de ése coche que iba  pasando aquel mal día.

La figuras no tienen que ser vistas para saber que existen, ahí están, en el horizonte más próximo.
Existo aquí, en el sueño y en el camino. 
No matemos sapos, no desesperemos. 
Existimos, te conozco.
Te siento, te veo. Extraño.
Viento que sopla, tiempo y espacio que permanece.

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