Visitando a una mentada Beatriz, que tiene un árbol siempre creciendo del cuerpo con cada cosa que se inventa, que sueña y vive. Una Betty muy picuda con anillos grandes y ojos domirlones. Frases inigualabes y cabellos como de elote así medio rubios, medio cafés.
Un buen tiempo vivió en el hotel Niza, que por cierto siempre olía a meados de gato, sospecho que en ése lugar existía una habitación llena de felinos, era un olor insoportable al principio pero luego se quedaba bien sabrosamente impregnado en la ropa.
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