que hermoso, así he de soñar!
La importancia del archivo histórico
Sabemos que la humanidad tiene el sentido al registro, esa necesidad de dejar alguna huella, una forma de control, de manifestación, de expresión, e incluso de una forma artística que, debido a su valor, se considera dentro de las mismas instituciones de la sociedad. La importancia del archivo histórico para el historiador radica en que tenemos a la mano algunos de los registros que una ciudad, un grupo, una familia, etc., consideraron importantes para conservarlos.
Es tarea de los investigadores acudir a estos a registros, utilizarlos, interpretarlos y poder hacer tesis a partir de ellos, representan la fuente primaria si bien sujeta a subjetividades, podemos tener una aproximación verosímil a tal o cual hecho.
La experiencia de estar en un archivo histórico es sin duda un agasajo para cualquiera, ya que puedes encontrar cosas que si quiera te imaginas por ejemplo: carteles de las actividades con las que las personas se di vertían en 1900, cartas, testamentos, fotografías, actas de cabildo, recibos, expedientes completos de algún criminal, registros de alguna iglesia, hasta notas de cocina!! O de la escuela entre muchas otras cosas. Todo ello si lo vemos de una manera un tanto poética, es ver a través de unas ventanas al pasado, al pasado que sigue vivo entre nosotros, que no ha muerto y que nos regala esos destellos para que nosotros utilizando los métodos necesarios para manipular sus contenidos.
El presente ensayo se tatra de un análisis hecho con periódicos que se encuentran en el Archivo Histórico Municipal de Ciudad Juárez y la Universidad Autónoma de México (colecciones especiales). A lo largo del ensayo se irán explicando las posibles formas de utilizar cada documento.
Los indios Bárbaros a través de la prensa
¿Qué es lo que se toma en cuenta al momento de definir al “otro”? este es un tema que se ha estudiado desde la perspectiva occidental, en donde se conciben conceptos como la “civilización”, la “barbarie”, los “enemigos”, el control sobre aquel que sea “más débil”. En la historicidad de la nación mexicana también están presentes estos conceptos tratados principalmente desde la colonización española, donde se hace énfasis en los discursos que se construían sobre los nativos, y que decir de aquellos que habitaban el Norte de México.
La diferencia es considerada desde los tiempos de la antigüedad, da un límite entre el otro, el salvaje, el extranjero[1]. Si bien ha cambiado su forma de aplicación, como menciona Roger Bartra en su libro “El salvaje en el espejo” que no se puede atribuir completamente el concepto “bárbaro” a Grecia, porque cobra sentidos distintos dentro de su historia; lo que sí no podemos dejar de lado es que se trata de una negación, de un desconocimiento.
Se puede decir que esta acción de describir al “otro” contiene una carga de colonización, ya que parte de un “yo” verdadero y real, lo distinto simplemente no pertenece a “mi” incluso puede representar todo lo que “yo” no soy. “En esto existe una distancia y una lejanía de todo aquello que resulta imaginario y lo que es real pero unos y otros temidos”[2]. Al tratar de explicarse la identidad del “otro” como un enemigo de la civilización reafirma y justifica parte de las acciones que se tomaran en caso de que se sienta afectada la postura del que define.
Todo esto implica un problema de análisis para la Historia Cultural y los imaginarios sociales, la formación de discursos entorno a las identidades. El discurso se constituye por una serie de teorías, y practicas, conceptos, actores y escenarios. La historia cultural se propone su reconstrucción, no es –ni puede ser– la restitución del pasado, del acontecimiento en sí, sino tan sólo una de sus representaciones. Pero es la representación de un orden específico, que no es el de la ficción ni el de la novela. La fabricación de mitos históricos destinados a construir y/o consolidar identidades.[3]
Durante la conquista, el Norte de México era descrito por los colonizadores como un lugar en el que habitaban seres fantásticos, monstruosos (lo diferente a lo europeo), incluso salvajes, imágenes de hombres míticos, ficticios, animalescos. Las ideas medievales así como la religiosidad se enfrentan a la construcción de la imagen de los nativos, caracterizándolos como monstruos pertenecientes a la jerarquía de malignos. ¿En la forma de visualizar al otro, corresponde al la licencia de dominación sobre él? Es decir, su condición de barbarie, paganismo, fealdad, determina las posturas del discurso sobre la evangelización y la estructuración de un nuevo mundo.
Por otro lado, su condición geográfica hacia más difícil el avance español, así como los grupos nómadas y seminomadas que habitaban en la región del Norte (conchos, tobosos, sumas).
Luego de la evangelización y el establecimiento de poblados muchos grupos desaparecieron. Algunos de lo que lograron sobrevivir hasta el siglo XVIII o XIX fueron los comanches, apaches, mezcaleros, raramuris. Principalmente los dos primeros “vivieron durante el periodo un proceso de conflicto con la sociedad mexicana, que a su vez vivía las primeras etapas de su propia construcción. Tal conflicto se expresó ora por la violencia, sobre todo en el caso de los apaches”[4].
Para el análisis de este ensayo, se pretende llegar a conclusiones sobre cómo es que se ven a los apaches, o más general al “Indio Bárbaro” en la prensa. Cómo es que se construye la idea del otro, qué se dice, qué se calla, cómo se actúa.
Construcción del Indio Bárbaro.
Revisión de algunos ejemplares de prensa (1850-1857)
FOTO:www.sonofthesouth.net/texas/indians.htm
En este apartado se pretende analizar el discurso que se difundía sobre la idea del Indio Bárbaro en los periódicos de “El Centinela” (8 números), “El Correo” (24 números), “El Faro” (16 números), “El Eco” (3 números) y “La coalición” (3 números) ejemplares que fueron consultados en el Archivo Histórico municipal, así como en la Biblioteca Central de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez.
¡Ladrones! ¡secuestradores! ¡Asaltantes! ¡Asesinos!:
Para poder utilizar los archivos es preciso que se fijen las preguntas adecuadas, que se traten con mucho cuidado, este es un ensayo que aún le falta mucho, puedo señalar que hay que partir de los documentos para poder reconstruir la historia. Contextualizarlos, saber qué preguntas hacerles. Por ejemplo en los anteriores, ¿Qué costumbres eran las que definían a alguien como civilizado? ¿Seria real esa lucha contra los indios, o más bien se trata de una aversión a lo diferente? ¿Qué tipos de castigos se les daban?
Los mexicanos describían al los indios bárbaros desde la idea de que eran incivilizados, suponían que los indios iban a pedir raciones para subsistir, “en ninguna época han podido sujetarse a vivir de su trabajo, puesto que sus hábitos salvajes, y el largo tiempo que hace se mantienen de la guerra, los aleja absolutamente de todo pensamiento de ocupación” La forma más viable para que se logre que se integren es la educación, civilizarlos modificando sus costumbres bárbaras. “utilidad social” Se decía que los apaches no podían adaptarse a una forma de vida en la que su base fuera el trabajo la utilidad social, es decir, que tomaran alguna actividad como la agricultura, que se estacionaran y se sedentarizaran. La polémica estaba en que muchos “afirmaban que los indios apaches eran incapaces de reducirse a una vida laboriosa y pacífica” y que por tanto debían ser exterminados”. Esta podría tratarse de una justificación para poder actuar sobre ellos, es decir, para tomar armas contra los indios. La historia de los apaches por ejemplo se ha tratado desde la perspectiva de lo que los mexicanos dicen, abría que dar un giro al estudio de la representación ya que seria interesante encontrar alguna archivo, carta, documento, periódico que diera la visión de los indios por ejemplo, sin duda debe existir algún registro de queja ya que muchos de ellos aprendieron a convivir junto a los españoles (con los presidios y las misiones “ahí fue donde los apaches socializaron profunda y cotidianamente no sólo con el personal militar, sino con toda la población civil que ahí habitaba”[15]).
Debemos entender que se trata no solo de una especie de colonización, sino de dos culturas que tienen distintas manifestaciones, por ejemplo en cuanto a las creencias religiosas. Sobra decir que estos grupos no aceptaban la religión católica, ni al sistema de gobierno (a pesar de que aceptaban organizarse de forma similar) lo que los posiciona fuera de. Otra pregunta podría ser ¿acaso no seria un ataque también para estos habitantes del desierto, quienes por muchos años, estuvieron habitando el Norte prehispánico? Por supuesto que si, sus tradiciones tamben se veían afectadas representando un fuerte golpe a su identidad. Los mexicanos tomaron gran parte del territorio que les pertenecía (para su desgracia sin un contrato en mano), sus recursos, y peor aún trataban de “convertirlos” a la “civilización”.
Fig. 1.1 Ricardo León García. Civilizar o exterminar. P170
Desde 1831 fue declarada abiertamente la guerra contra los bárbaros, los vecinos de la región no estarían dispuestos a soportar que los indios robaran a sus mujeres y niños, ni que se llevaran las reses. En 1850 eran ya 20 años de estar en esta “lucha contra el enemigo” como podemos ver estos son solo una muestra de los periódicos consultados, la cuestión es que la gran mayoría tiene notas que hablan sobre esas persecuciones que emprendían los miso habitantes de las haciendas para ir a perseguir a los ladrones. Debemos recordar lo que estaba sucediendo después de 1846 la guerra con Estados Unidos, había una preocupación por parte del estado mexicano de consolidar a la nación, sin quererlo los grupos de indígenas se encontraban justo en la frontera de México y Estados Unidos, esto los ponía en una doble lucha, por un lado debía preocuparse del expansionismo norteamericano que va exterminando conforme su frontera se mueve; por el otro México y su necesidad de asegurar la frontera, de no permitir que el extranjero invada y dañe la soberanía de los habitantes. El 25 de mayo de 1849, la legislatura local aprobó la compra de prisioneros apaches o de sus cabelleras por medio de contratos y fue conocida como la ley de caballeras, ley quinta o, sin mayores contemplaciones, como las contratas de sangre”[16]
A manera de cierre:
Tan sólo con una de las cajas que consulté en el Archivo Municipal da para un trabajo de tesis, la historia de las representaciones de los indios bárbaros es un tema apasionante, este es un pequeño ensayo en el que se abordan los que considero los aspectos más importantes que se tomaron en cuenta para combatir, domesticar y hasta exterminar a los apaches del norte de México. Su condición “bárbaros” difundida a través de la prensa era retroalimentada con los mitos y ¿porqué no? hasta los rumores que se creaban a partir de una historia de ataque apache.
La Alteridad, ese duelo del civilizado/salvaje que en realidad de descubre uno a otro entre si, representa una constante lucha entre el fuerte contra el débil, y es bien sabido que la historia siempre es contada desde una perspectiva. Hay que abrir los temas como estos a la crítica y a la posible reconstrucción desde las otras versiones, desde otras preguntas de investigación. Se puede llegar a construir un escenario de vida cotidiana, de mentalidades, de religiosidad.
La cuestión de la “nación” tanto estadounidense como mexicana puede incorporarse a este ensayo posteriormente ya que quiero seguir trabajando el tema ya que faltan todas aquellas cartas que se encuentran en las cajas del archivo desde finales de 1700, la cuestión de la representación es un tema que puede ser tratado muy bien gracias a estos registros, sin duda es un trabajo arduo, deber de nosotros como estudiantes comenzar a digitalizar todos aquellos registros, para conservarlos de alguna u otra forma. Utilizarlos, aprender a manejarlos con el método y la pasión tomadas de la mano. Trabajar con el archivo histórico es una gran responsabilidad, porque no se trata de imaginarte lo que pudo haber pasado, sino de reconstruir en base e las fuentes primarias. Sin duda es cuestión de práctica, mucha constancia y sobretodo el beneficio de la duda, el custionarnos y ser creativos en cuanto a las formas de utilizarlos.
[1] Guy Rozat Dupeyron. Indios imaginarios e indios reales p. 17
[2] Ricardo Melgar. Cátedra Katz 2009. Imagen, iconografía política y producción simbólica en América Latina. 18 de mayo de 2009
[3] Roger Chartier. Discusión, "El malestar en la historia", Fractal n° 3, octubre-diciembre, 1996, año 1, volumen I, pp. 153-175.
[4] Her, Marie-Areti. Homenaje a Beatriz Braniff. p.683
[5] El Faro, junio sábado 22 de 1850. Tomo IV. Num 50. Archivo municipal de Ciudad Juárez. Caja 4(2), 5, 6,7 -1851, L 4(2), libro 18.
[6] El Correo de Chihuahua. Enero Sábado 18 de 1851, Tomo 1. Num 15. Archivo municipal de Ciudad Juárez. Caja 4(2), 5, 6,7 -1851, L 4(2), libro 18.
[7] El Correo de Chihuahua, Abril martes 15 de 1851. Tom. 1 Num 40. Ide m.
[8] El Centinela. Periódico del Gobierno del Departamento de Chihuahua. Chihuahua, setiembre [sic] sábado 16 de 1854, Tomo 2, Num 88. Archivo municipal de Ciudad Juárez. Caja 4(2), 5, 6, 7-1851, L 5(1), libro 19.
[9] El Centinela. Periódico del Gobierno del Departamento de Chihuahua. Chihuahua, setiembre [sic] sábado 30 de 1854, tomo 2 Num. 94. Archivo municipal de Ciudad Juárez. Caja 4(2), 5, 6, 7-1851, Ide m.
[10] El Centinela. Periódico del Gobierno del Departamento de Chihuahua. Chihuahua, octubre martes 31 de 1854 tomo 1, Num. 105. Archivo municipal de Ciudad Juárez. Caja 4(2), 5, 6, 7-1851, L 5(1), ídem
[11] El Centinela. Periódico del Gobierno del Departamento de Chihuahua. Tomo 3. Chihuahua, Sabado, enero 6 de 1855 Num. 2. Archivo municipal de Ciudad Juárez. Caja 4(2), 5, 6, 7-1851, L 5(1), ídem
[12] El Faro. marzo Sábado 23 de 1850. Tomo IV. Núm. 24 Archivo municipal de Ciudad Juárez. Caja 4(2), 5, 6,7 -1851, L 4(2), libro 18.
[13] El Centinela. Periódico del Gobierno del Departamento de Chihuahua. Tomo 3. Chihuahua, abril martes 3 de 1855 Num. 27. Archivo municipal de Ciudad Juárez. Caja 4(2), 5, 6, 7-1851, L 5(1), libro 19.
[14] El Eco de la frontera. Marzo jueves 19 de 1857 tomo 2, Num 12, Colecciones especiales, uacj, archivo histórico. Fondo Margarita y Enrique Semo.
[15] Ricardo León García. Civilizar o exterminar. P. 148
[16] C.f. Ricardo León García. Civilizar o exterminar. P174
a la vez me alegra
que sé
lo intentaré de nuevo
La macroexposición de Londres sobre la ciudad bíblica reflejará cómo la ocupación de Irak ha deteriorado los yacimientos arqueológicos
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