febrero 04, 2010

Esa canción... que llega a mi por un viaje mental que me tiene atrapada en una serie de conflictos existenciales... por mi: nadie viene... caminaré abrazando al viento, no soy de las que se une al canto unísono, no soy de las que se sorprende tan fácil, a la vez desearía ese asombro de vida tan inocente, aunque todos muertos tendidos en sus trincheras no saben reconocer que caminan rumbo a un sol que no es nada, que solo parece iluminar pero lleva en sus rayos la muerte.

Por eso me quedo sola, sentada, sin pensar, esperando alguien me rescate, entre y me lleve, cuántos no despiertan a su vida inmunda y aun así quieren cambiar el mundo?, o queremos... si alguien si alguien viera lo que pienso, que se adentrara en mi... pero no no es posible, siempre corriendo en este largo camino llano, encontrando ratas que podrían demostrarme cariño pero no... Están moribundas las dejo entrar en mi casa, pero mueren... a pesar de que yo las desee, las quiera demasiado... no ocurre más que muerte y aprendizaje: extraña combinación, quiero gritar por todo un día y quedarme sin voz.
Corro siempre corro hacia lo “muerto” pero en realidad corro hacia un deseo estúpido de vestirme, de cubrirme con enseñanzas de la vida, que tal vez ya esta tan vista por todos que no necesito yo intentar entenderla…
Pero resurjo… entre tanta pendejada, si logro alzar la cabeza, a pesar de que mi ser esta putrefacto y hediondo, vuelvo una y otra vez a caminar… y salir de la habitación que me tiene encerrada, prisionera… para qué? Para encerrarme en otra…
No es posible que en esta edad me sienta tan cagada de la vida, es inexplicable veo a muchos al mi alrededor tan contentos, sonrientes, alegres, con un entusiasmo de la vida… donde lo encuentro? Solo en ellos…

1 comentario:

Anónimo dijo...

la vida pende del hilo del hábito, sólo de ello, es una gallina descabezada que corre hacia sí misma (y no lo sabe, no necesita saberlo). yo también tengo tanto vacío como hábito de existir, tanta mierda en las entrañas y el rostro, sólo sé que quiero, quiero, deshabitarme por un momento, quizá entre tus labios...