De nuevo el olor a árbol entro en mis recuerdos,
revivían uno a uno con cada respiro, tu aroma,
intriga y hace que me estremezca,
no porque desee,
no porque te extrañe
sólo es la sensación de nunca poder estar acompañada,
se que ante la inmensidad del mundo uno se descubre,
encontramos sentimientos en un terrón,
desde un niño jugando con las algas que el mar arroja a la orillas,
con su fuerza tempestuosa refleja o que pasa dentro de las figuras curiosas esas de la vida que hacen reír de lo absurdo que son,
pescamos a la orilla,
solo basura!
esperando que nuestro engaño de caminar al margen
satisfaga nuestras necesidades
lo importante es meterte, ahogarnos, tener frío...
dejar de pensar en el cuerpo para que el espíritu (inventado)
se llene de verdad, en realidad obtener algo...
no hojas secas,
pescar o por lo menos atrapar un pez pequeño pero que los colores nos transformen la mirada.
Son juegos, preguntas que giran en todo y en nada
Es mi cuerpo que tiembla, que quiere cobijo, pero en la inmensidad que siga aquí...
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